04/10/2016 0 Comments ARCHIVOS, Artículos

EL CANTO DE ARMÓNICOS



El Canto de Armónicos es una técnica ancestral que va muchísimo más allá de unos bellísimos sonidos que podemos escuchar.

Los Armónicos de la voz son las frecuencias más elevadas que nuestra voz contiene, y por eso, cuando los incorporamos a nuestra voz hablada, convierten nuestra comunicación en algo mucho más grande, es algo vital, nos conectan con lo más hermoso de nosotros, nos aportan sabiduría, paz y equilibrio.

Ábrete a un nuevo mundo de posibilidades, a un pensamiento positivo en cada nuevo sonido, en cada nueva expresión, vive la experiencia de crear unos vínculos sin fronteras, experimenta el cambio que se produce en tu voz, que se produce en tu interior, que se produce en Tu Ser.

Esta técnica consiste en la posibilidad de cantar simultáneamente dos o más notas musicales con nuestra voz.

Estos sonidos puros suenan como flautas por encima de la voz del cantor.Este tipo de canto tiene como resultado una aplicación extraordinaria en la sanación y la transformación. Los expertos en terapia del sonido afirman que es el más poderoso instrumento de sanación sonora disponible para la humanidad.

Esta técnica tiene sus orígenes en Asia Central, y fue practicada por las razas turquinas: los mongoles y los tuvanos. Ellos utilizan esta forma de canto para resonar con la naturaleza que les rodea, imitando los sonidos de animales, del viento en las montañas nevadas y de varios pájaros. También, a través de esto tipo de canto, comunican con los espíritus de la naturaleza.
Los armónicos fueron descubiertos primero en Occidente por Pitágoras hace unos 2.600 años. El famoso filósofo y matemático griego era también un maestro de la música, y junto con sus estudiantes pasó años estudiando el sonido y la vibración. Encontró, después de estudiar el monocordio, instrumento de una sola cuerda, que todos los sonidos estaban compuestos de vibraciones o frecuencias múltiples, no sólo de una, como nuestros oídos generalmente perciben.
Casi del mismo modo en que la luz blanca está compuesta de un amplio espectro de colores, que se vuelve visible cuando la luz es refractada por un prisma, el sonido también puede ser refractado de modo que sus partes constituyentes puedan percibirse. Al igual que el arco iris está compuesto de los colores que el ojo humano ve como luz blanca, los armónicos son los colores del sonido.
Estos armónicos, que normalmente pasan inadvertidos, son, en realidad, de vital importancia para todos los seres humanos, y permiten que diferenciemos entre un sonido y otro. Es la riqueza de los armónicos en ciertas partes del espectro infinito del sonido lo que nos ayuda a establecer la diferencia entre un instrumento musical y otro, aún cuando ambos ejecuten la misma nota musical.
Nuestro cerebro puede decir inmediatamente si cierta nota se halla interpretada por una flauta, por una guitarra o por un piano. Si se filtran los armónicos, nos volvemos incapaces de distinguir entre estos instrumentos.

Se ha descubierto que el canto de armónicos tiene muchas aplicaciones terapéuticas. Tal vez la más obvia de éstas es la hipnosis, un efecto parecido al trance que tienen ambos, el oyente y el ejecutante. Este efecto, esencialmente una forma de meditación profunda, alivia el estrés, equilibra y limpia los chakras (los centros de energía del cuerpo), y crea un sentimiento de ligereza y bienestar.

El sonido de los armónicos ayuda a equilibrar los dos hemisferios del cerebro, pues implica tanto a la parte lógica, resonando en el cerebro izquierdo, debido a las proporciones matemáticamente precisas de la escala de armónicos, como al cerebro derecho creativo e intuitivo a través de la expresión musical posible, una vez que uno se convierte en lo suficientemente diestro en la técnica.
Esto puede ser responsable en parte de su atractivo para un porcentaje más grande de hombres que de mujeres. Las mujeres tienen por lo general mejor equilibrados, neurológica y conceptualmente, sus hemisferios cerebrales que los hombres.

Las relaciones armónicas halladas en la escala de armónicos se encuentran, no de modo sorprendente, en toda la Naturaleza, y reflejan la estructura natural de toda la vida en la Tierra.
Los seres humanos no somos ninguna excepción. Otro famoso filósofo y matemático griego, Platón, descubrió que todas las cosas en este planeta están compuestas por cinco ladrillos básicos. Estas formas, llamadas Sólidos Platónicos, se pueden encontrar en el nivel molecular de todos los objetos animados e inanimados. Esto es lógico, si uno cree en un Creador, ya que los mismos principios de la creación pueden aplicarse para TODA la creación, y somos una parte integral de ello. Al escuchar, o crear armónicos, comenzamos a resonar en armonía con estas vibraciones primordiales de que estamos hechos y que reflejan nuestra propia estructura atómica, molecular y celular.

La mayoría de los seres humanos se sienten como si estuvieran vibrando fuera de la armonía con su entorno, sus prójimos, y lo más importante, fuera de la armonía con cierto aspecto vital de ellos mismos.